Aunque la música de Cuba es rica en todo tipo de géneros, desde lo más culto hasta lo popular, es indudable que casi todos nuestros ritmos salen de la necesidad del cubano de bailar. Es algo que nos viene desde lo profundo de la sangre, una mixtura de los conquistadores españoles, los inmigrantes europeos y, sobre todo, los esclavos africanos traídos a nuestra isla.
En nuestra forma de bailar aflora la voluptuosidad de la sangre africana, la elegancia de las formas francesas y la alegría de las danzas españolas, todo ello mezclado y sazonado con una música que no teme asimilar ningún elemento mientras sirva para movernos. Y es que el cubano tiene una necesidad imperiosa de moverse, de bailar, de encontrar el compás a toda la música y convertir su cuerpo en un instrumento más de la orquesta, de identificarse con cada nota.
Una cultura del movimiento
¿Qué se puede bailar en Cuba? Creo que la pregunta sería que no se puede bailar.
Desde el ritmo corporal de la rumba y el guaguancó, verdaderas batallas de gallos o juegos de seducción hasta las figuras de la rueda del casino, el cubano es capaz de bailar de todo, y a todo ponerle un toque original y diferente. No tiene miedo de incorporar además elementos de otros bailes tradicionales como el danzón o el chachachá… o afrontar el ballet clásico con el éxito de una Alicia Alonso o un Carlos Acosta, o bailar el flamenco con afrocubano como una Lizt Alfonso, un Joel Zamora o una Irene Rodríguez.
O bailar, como se dice en buen cubano, “en un solo ladrillito” un bolero romántico que invita a más que un baile un abrazo íntimo entre la pareja. O moverse con la sensual soltura del reggaetón cubano. Que no te quepa duda: incluso el más “patón” (mal bailarín) de los cubanos sabe moverse como si le estuviese haciendo el amor a la música.
La clave cubana, esa que nos cala e inunda desde el nacimiento, es nuestro patrón universal, nuestro ritmo de 4×4 que ha convertido el baile en Cuba una de las manifestaciones más internacionales de nuestra idiosincrasia.
El baile y Havana Music School
Aunque nuestro centro en Calle 28 entre 17 y 19 en la barriada del Vedado se especializa en la enseñanza musical, entendemos que el baile es una parte indisoluble de la música cubana.
Por ello, no solamente ofrecemos clases de música cubana en una variada cantidad de instrumentos musicales, sino que además ofertamos clases de baile para aquellos interesados en combinar la música con el baile.
Los profesores de Havana Music School, bailarines profesionales de música popular, se encargarán de enseñarte la forma de bailar del cubano en ritmos tan complejos como la rumba, el guaguancó y la salsa, sin olvidar la sabrosa y popular rueda de casino o bailes de salón como el danzón, la contradanza o el chachachá. Todo ello, en horarios flexibles, adaptados a tu conveniencia para que puedas conjugar aprendizaje con turismo.
Así que ya sabes: si deseas aprender a bailar en la Habana, te esperamos con los brazos abiertos y la música cubana sonando.
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