La Escuela Nacional de Arte (ENA), también llamada “Ciudad de las Artes”, se funda en marzo de 1962 en un sitio enclavado al oeste de la capital en el reparto Cubanacán.
El exclusivo campo de golf perteneciente al Country Club de La Habana, y atravesado por el río Quibú, dio paso al lugar donde hoy se erige el templo de las artes en nuestro país.
¿Escuela o Monumento?
El 18 de febrero de 2013 el conjunto de cinco edificaciones que conforman la Escuela Nacional de Arte (ENA) y el Instituto Superior de Arte (ISA), fue declarado Monumento Nacional. Los arquitectos Ricardo Porro, Vittorio Garatti y Roberto Gottardi recibieron en Italia el premio Vittorio de Sica de Arquitectura 2012, como reconocimiento a esta majestuosa obra.
Según la UNESCO, este complejo está catalogado como una de las estructuras arquitectónicas cubanas más importantes y divulgadas internacionalmente. Se considera un monumento único y representativo de un momento histórico sin precedentes.
Cumple una función social y práctica, y además posee un alto valor cultural e ideológico, siendo uno de los ejemplos más sobresalientes del Movimiento Modernista en Cuba.
Surgimiento de un lugar sui géneris
La Escuela Nacional de Arte surge a partir de la necesidad de crear un sistema para la enseñanza artística en Cuba y lograr su expansión por todo el país. Atesorando nuestras tradiciones culturales, y concebido como un centro multidisciplinario, se reunieron en él los mejores exponentes del arte en todas sus manifestaciones para crear el primer claustro de profesores.
Por primera vez en la historia una escuela de arte recibía alumnos procedentes de todas las clases sociales y regiones del país, convirtiéndolo en un derecho de las mayorías. La selección solamente se basa en la capacidad y el talento de los aspirantes, los que son sometidos, antes de su admisión, a pruebas muy rigurosas y agotadoras.
En los primeros cursos académicos, los estudiantes debían vencer dos niveles de enseñanza (elemental y medio), pero, en 1976, se crea el Instituto Superior de Arte (ISA) para la formación universitaria de sus educandos.
Ampliación de la enseñanza en la Escuela Nacional de Arte
La Escuela Nacional de Arte comenzó impartiendo cuatro especialidades: ballet, música, arte dramático y artes plásticas. Posteriormente se añadieron la danza moderna y folclórica (1965), el circo (1977) y espectáculos musicales (1993).
En la actualidad se ha convertido en la principal cantera de profesionales y artistas en el país, siendo necesaria la ramificación de la enseñanza y la creación de 47 filiales en todas las provincias (24 de nivel elemental y 23 de nivel medio), Escuelas vocacionales de arte y Escuelas profesionales de arte.
Por este centro han pasado músicos que actualmente brillan por todo el mundo, como es el caso de Aláin Pérez, llamado «el hombre orquesta» cuando estudiaba en la ENA.
Por la elevada exigencia que prevalece en estos centros, se ha garantizado que el trabajo artístico-pedagógico en todas las cátedras cumpla con la excelencia profesional, y se conviertan en embajadores del desarrollo alcanzado por la pedagogía del arte en Cuba.
La Escuela Nacional de Arte constituye un paradigma de la cultura cubana. Esto lo demuestra el prestigio y respeto alcanzado por nuestro país es esa esfera, dentro y fuera de nuestras fronteras, y se refleja en nuestros artistas, reconocidos en el mundo entero.
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