Luciano Pozo González, conocido en el ámbito musical como Chano Pozo, fue un genial percusionista, compositor, cantante y bailarín cubano.
A pesar de su breve carrera musical, tronchada a sus 33 años por una disputa relacionada con las drogas, Chano Pozo es considerado una figura clave en el desarrollo del jazz afrocubano y uno de los mejores percusionistas del mundo.
Una infancia difícil signada por la música
Luciano Pozo nació el 7 de enero de 1915, en el solar habanero Pan con Timba del Vedado. De extracción muy humilde, su niñez estuvo marcada por la marginalidad en otras barriadas como Pueblo Nuevo y Cayo Hueso.
El mayor provecho que obtuvo de su niñez fue su temprana relación con la percusión afrocubana de naturaleza religiosa, pues gracias a sus cantos y toques Chano Pozo dominó el cajón y la tumbadora de la rumba, el guaguancó y el yambú.
Durante su adolescencia sus malos pasos le llevaron a ser internado en el Correccional para Varones de Guanajay, en Pinar del Río. A su salida de prisión tuvo que lustrar zapatos, vender periódicos y reparar carrocerías de automóviles, hasta que su trabajo como portero le permitió acceder a la estación de radio RHC Cadena Azul.
Durante esta época Chano se integra a la Sociedad Secreta Abakuá, lo que le hace profundizar en sus ritmos religiosos y la música yoruba que después se transparentaría en sus composiciones.
Chano Pozo: la ascensión de una estrella
Por iniciativa del dueño de la emisora, Chano y su hermanastro Félix Chappottín formaron el Conjunto Azul en 1940, donde era habitual que el virtuoso músico tocara con seis u ocho tumbadoras a la vez.
Desde ese año y hasta 1946 Chano destacó además como compositor, y muchos grandes de la música cubana cantaron canciones como «Blen blen blen«, «Ana Boroco Tinde», «Parampampín«, «Wawina Yerabo», «Ariñáñara», «Ampárame»,» Llora», «Son los Dandies», «Tumbando caña», «Nagüe», «Sarabanda» y «El Pin Pin».
Trabajó en centros nocturnos y teatros, incluyendo el famoso cabaré Tropicana y en congas de carnaval para comparsas. En ellas, además de tocar la tumbadora, mostraba sus dotes como bailarín y cantante en las comparsas “Los Dandies”, “El Barracón”, “La Mexicana” y “La Sultana”.
Fama y Caída del Tambor de Cuba
Buscando mejoras económicas, Chano Pozo emigra a los Estados Unidos en 1946 y trabaja como bailarín y músico invitado en grabaciones, hasta que se integra a la orquesta de Dizzy Gillespie. Trabaja en Nueva York y da giras por Binghamton, Boston, Detroit y Chicago. Tal es su importancia en el asentamiento del jazz afrocubano, que toca sus tambores delante de la orquesta y no detrás como se acostumbraba, también cantando y bailando.
El 30 de diciembre de 1947 graba «Manteca» con RCA Victor, considerada desde ese mismo momento un clásico del jazz latino. Las giras incluyen entonces presentaciones internacionales en Suecia, Checoslovaquia, Dinamarca, Holanda, Bélgica, Francia, Suiza e Inglaterra, además de ciudades en los Estados Unidos.
Casi un año más tarde, en el pináculo de su carrera, traba discusión en Harlem con un traficante de drogas puertorriqueño, que en su opinión le había estafado 15 dólares y le abofetea en público. Al día siguiente, mientras Chano estaba en el “Río Bar Grill”, fue baleado seis veces por Eusebio Muñoz.
Al día siguiente, el 3 de diciembre de 1948, su amigo y también músico Miguelito Valdés se encarga de enviar su cadáver a su natal Habana, donde recibió sepultura en el cementerio de Colón de manos de sus muchos admiradores y amigos.
0 Comments