Aldo López-Gavilán compuso por primera vez a los cuatro años.
Puesto que nació en Cuba, tierra rítmica y rica en variados sonidos, y fue hijo de músicos brillantes, podría pensarse que el destino de Aldo López-Gavilán estaba ya escrito desde que dio sus primeros pasos. Con cuatro años su madre comenzó a enseñarle los primeros acordes en el piano.
Este genial artista, que a su corta edad ya cuenta con más de cinco discos y el reconocimiento internacional, es una clara demostración de la calidad de los músicos de la Isla.
Desde sus inicios, la exitosa carrera de Aldo López-Gavilán muestra cómo con el esfuerzo y la preparación adecuada (que tan bien saben proporcionar los profesores de música cubanos), todo lo que se desee puede obtenerse. A esto se le suma su talento innato, apreciable desde sus primeros años. Como dijera el maestro Chucho Valdés, el joven ha sido, desde siempre, “sencillamente un genio, una estrella”.
Primeros pasos de Aldo López Gavilán
Aldo López-Gavilán nació el 20 de diciembre de 1979, en La Habana. Aunque es evidente que recibió desde su nacimiento el apoyo y la guía de su familia, realizó sus estudios en los conservatorios Manuel Saumell y el Amadeo Roldán. Gracias a la excelente preparación recibida en ambas escuelas de música, aprendió música de forma profesional y perfeccionó sus habilidades. Más adelante completó sus conocimientos en la Academia de Música de Londres.
Dentro de su espectacular carrera se cuentan hitos como su triunfo internacional, con sólo once años, en el Danny Kaye International Children’s Award, organizado por la UNICEF, y su debut profesional en la Orquesta Sinfónica de Matanzas, a los doce. A estos se añadiría poco después su ejecución del Concierto N.3 de Prokofiev con la Orquesta Sinfónica Nacional.
Joven exitoso
Desde su infancia, la fortuna solo le ha sonreído a Aldo López-Gavilán. En 1999 grabó su primer CD “En el ocaso de la hormiga y el elefante” con el que ganó un premio Cubadisco en el 2000. En 2005 fue invitado a participar junto a otros prestigiosos pianistas cubanos a hacer un documental y un álbum en honor de Frank Emilio que llevó por título “Amor y Piano”.
Poco después de la salida de su segundo album (“Talking to the Universe”) que recibiría muy buenas críticas, salió a la luz su tercer disco titulado “Soundbite”. Este último fue el resultado de compilar sus trabajos más recientes y que había interpretado en un concierto. Además, este mismo año fue invitado por Claudio Abbado a participar en un concierto dedicado al 250 aniversario del nacimiento de Mozart.
Otros discos más recientes son “Dimensional” (2008), en el que juega a experimentar con diversos ritmos, y “De todos los colores y también verde” (2013).
Con un desarrollo tan increíble, a un joven como Aldo López-Gavilán solo puede pronosticársele un futuro brillante. Lo interesante es que, sin contar las extraordinarias habilidades del artista, su éxito demuestra cuán beneficioso es estudiar música en Cuba, cuna no solo de músicos importantes, sino también de profesores de una calidad excepcional.
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