Yo soy cubano, pero de un lugar muy especial. Nacido y criado en el Cerro, ya desde la cuna estaba rodeado de la música de la rumba de cajón, de las canciones de la nueva trova que oía mi madre, del punto guajiro que cantaba mi abuela, del son y la salsa que se bailaba en las fiestas de mi barrio…
Las clases de música en Cuba, y más en el Cerro, empiezan desde el amanecer y no paran hasta el día siguiente. Hasta los gallos de aquí tienen su parte en la musicalidad del cubano, sirviendo de despertadores naturales.
Una tacita de café y a la calle: allí encontrarás todos los géneros musicales y ninguno en específico, porque el cubano goza su música y le gusta compartirla con el prójimo. Y si sale la famosa comparsa del Alacrán a festejar alguna victoria en el beisbol, entonces si vas a saber lo que es compartir con los demás y formar una fiesta de multitud que detiene espontáneamente el tráfico en las calles.
Las clases de música en Cuba están en todas partes
Desde un señor mayor regalando un bolero en una parada (por nada, porque sí, por el simple placer de cantar) hasta el reguetón en un celular sin audífonos pero a todo volumen, las clases de música en Cuba abarcan todos los géneros, todas las épocas y todas las extracciones sociales.
Se aprende música a tope también de noche. Estamos acostumbrados a que a lo largo de toda la semana esas bandas cubanas que ganan Grammys y asombran al mundo toquen a la vuelta de la esquina. Abundan los centros nocturnos donde acá no es cuestión de dinero: los músicos cubanos saben que su gente es un público severo y lo que no triunfa aquí no triunfará en ninguna parte. ¿El mejor premio? El aplauso explosivo o el baile fogoso.
Los mejores profesores del mundo, porque son tus amigos
Eso sí: para profesores de música los nuestros. Mujeres y hombres sencillos y joviales, que te palmean la espalda cuando lo haces bien o te dan un amistoso cocotazo cuando no entiendes algo, como tratando de meterte el ritmo en la cabeza. Pero cuando toman en sus manos el instrumento, te percatas de un talento que no tiene límites y que ha llevado a Cuba a los más altos niveles de reconocimiento en la esfera musical.
Tomé mis primeras clases de música en Cuba con maestros que ahora son integrantes de bandas que han dado la vuelta entera al mundo. Como yo, muchos otros han tenido la misma suerte. Porque para enseñar música en Cuba hay que ser maestro de verdad, en la pedagogía y en el virtuosismo.
Toma tus clases de música en Cuba con nosotros
Havana Music School se ha propuesto crear el momento y el lugar para que tu también puedas tener la experiencia de contar con los profesores de más alto nivel. Todos los ritmos y todos los instrumentos se dan cita en nuestra escuela, ubicada también en la barriada del Cerro.
Así podrás tener, como yo, el orgullo de decir que has tomado clases de música en Cuba. Y que tus conocimientos y tu arte son nacidos y criados en la más hospitalaria, virtuosa y rítmica de las barriadas. El Cerro tiene la llave no solo del acueducto, sino también de la música en Havana Music School.
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