Todo país cuenta con sus ídolos musicales, esos que no pueden dejar de nombrarse si de buena música se habla. El nuestro, sin dudas, tiene en su centro al incomparable Compay Segundo.
Máximo Francisco Repilado Muñoz, nuestro Compay Segundo, nació el 18 de noviembre de 1907 en Siboney, Santiago de Cuba, lugar de origen del son y la trova cubana.
Sin antecedentes musicales en su familia, Compay se interesó desde muy temprano por la música. Comenzó a tomar clases y a estudiar por su cuenta, a la vez que trabajaba en una tabacalera para ayudar al sustento familiar.
Después de unos años aprendiendo a tocar el tres y la guitarra desarrolló su propio instrumento (el armónico). Una mezcla personal de las características de ambos. Desde este momento su sonido sería tan único como su invención.
Sus estudios abarcaron también el solfeo y el clarinete, que aprendió con el maestro Enrique Bueno bajo cuya tutela integró la Banda Municipal de Santiago de Cuba. Su singular sonido de «armónico» se escuchó, acompañando sus composiciones, por primera vez en la radio comercial. Luego integró el Cuarteto Cubanacán y el Quinteto Cuban Star, bajo la dirección de Ñico Saquito, con el que llegaría a La Habana.
Trayectoria de estrella
Al llegar a la capital, Repilado, que aún no era conocido como Compay Segundo, comienza a frecuentar la casa de Justa García. Conoce a los músicos populares del momento. Es por esta época, 1936, que se une a la Banda de Bomberos de Regla con su clarinete. Luego, al Trío Cuba, al lado de Joaquín García y Evelio Machín.
Su trayectoria artística lo lleva a integrar el Conjunto Matamoros donde conoce a Benny Moré, otro de los grandes del son en Cuba. Ya en 1942 forma el dúo Los Compadres junto a Lorenzo Hierrezuelo, unión que lo llevaría a la fama y al que debe el nombre por el que sería reconocido en lo adelante. Los Compadres buscaban rescatar la música de monte adentro de la región oriental del país y lograron una amplia obra musical que fue reconocida en toda América Latina. El conjunto permanecería unido hasta 1955. Tiempo después, formaría la agrupación Compay Segundo y sus Muchachos, con la que recorrería toda Cuba y se presentaría en Santo Domingo.
Compay Segundo en el mundo
Después de 1959 el Compay comenzó a trabajar en la fábrica de H. Upman, alternando su trabajo con esporádicos conciertos. En 1989 visita EE.UU. como invitado especial del Instituto Smithsonian. Poco después viaja a España al Primer Encuentro del Son y el Flamenco, momento que marcaría el inicio de un éxito internacional rotundo. Compay Segundo comienza a ser aclamado en los escenarios internacionales (Francia, Italia, Holanda, Inglaterra, Suecia, Brasil, Argentina, Perú, Estado Unidos, entre otros).
Su agrupación fue ampliándose con el tiempo hasta llegar a formar un quinteto integrado por Benito Suárez, Hugo Garzón, Salvador Repilado, Rafael Fournier y él mismo. Por su increíble trayectoria ha sido merecedor de múltiples premios, como un Grammy por su participación en el disco Buena Vista Social Club y la Orden Félix Varela. Además, fue invitado por el Papa Juan Pablo II a la Ciudad de Vaticano.
Compay falleció el 14 de julio de 2003 en Miramar, La Habana. Su extensa obra musical no puede resumirse en pocas palabras, pero dejó una huella indiscutible en la cultura cubana y es orgullo de la música campesina de nuestro país.
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