Pocos son los que han llegado lejos en solitario.
Encontrar y compartir con aquellos a los que nos unen ideas e intereses comunes no solo reconforta, sino que enriquece. El arte agradece estas asociaciones y la historia de la música, de las artes plásticas, de la literatura está plagada de grupos y escuelas para los que el intercambio fue crucial y a los que debemos piezas monumentales.
La fortuna sonrió con esta suerte a los jóvenes que en 1969 decidieron unirse con la idea de modernizar la música cubana. Silvio Rodríguez, Pablo Milanés, Noel Nicola y Leo Brouwer son solo algunos de los que integraron el llamado Grupo de Experimentación Sonora del ICAIC. Como suele ocurrir, esta alianza rebasó su objetivo inicial, pues no solo dio nuevos aires a la música de la Isla, sino que sirvió de germen a un movimiento que revolucionaría la canción latinoamericana: La Nueva Trova.
El Grupo de Experimentación Sonora del ICAIC: inicios, resultados y significación
Ideado por Alfredo Guevara, el grupo se formó en 1969, después de que él asistiera a un concierto de música brasileña que le mostró los novedosos sonidos obtenidos al combinar la música tradicional con melodías más modernas. Así, después de un estudio profundo de las raíces musicales de Cuba, estas podrían fusionarse con el jazz, el rock e incluso el hapening para tener ritmos novedosos.
En su condición de director del ICAIC, Guevara pretendía que estos experimentos se utilizaran de banda sonora del nuevo cine. Pero los resultados rebasaron sus expectativas.
El Grupo de Experimentación Sonora del ICAIC es un claro ejemplo de la importancia de la educación musical en Cuba y sobre todo en La Habana, auténtica escuela de música. En él se combinaba el aprendizaje con el quehacer artístico.
Los primeros dos conciertos del GESI fueron llamados Granma y Cuba-Brasil respectivamente. Además de hacer realidad los sueños de estos jóvenes, sirvieron para darles voz dentro del contexto cultural cubano. Se respiraba por aquel entonces una confianza y entusiasmo en la justicia y la libertad que pocas veces han vuelto a ser tan fuertes.
En realidad, el aprendizaje no era solo musical. La agrupación fue escuela también de “humanidad” para ellos. La tan emblemática “Cuba va” (que habla, además, de su fe en el futuro) fue escrita por Silvio, Pablo y Noel y tocada por la guitarra de Pablo Menéndez y el bajo hecho a base de cordones de teléfonos de Eduardo y los platillos de otras baterías de Leoginaldo.
El GESI enseñó a estos jóvenes a ser desprendidos y sencillos y a entender que lo más importante era los lazos que se establecían entre ellos.
El Grupo de Experimentación Sonora del ICAIC se disolvió en 1976 pero su impronta fue esencial. Además de los avances experimentales que servirían de precedente a la Nueva Trova, el GESI, tal y como Guevara había soñado, realizó la música de varios filmes.
Entre ellos se encuentran “Los pinos nuevos” (música de Emiliano Salvador y GESI), “Vanguardia en la isla” (por Pablo Milanés) y “El signo de estos tiempos” (también de Emiliano en colaboración con el grupo).
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