La Típica – Orquesta de la Escuela Nacional de Arte de La Habana

Sep 28, 2022

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La orquesta «La Típica» de la Escuela Nacional de Arte (ENA), concentró a los músicos de mayor calidad de su época. Representó la experimentación de la tradición del bailable cubano con ritmos clásicos occidentales, todos adscritos en programas estudiados en dicha escuela.

En Cuba, casi todos conocen a Adalberto Álvarez y a José Luis Cortés «El Tosco», dos de los mejores músicos de Cuba y representantes de la música popular a través de sus orquestas.

Sin embargo, mucho antes de que se conocieran con ese formato de orquesta independiente coincidieron en una agrupación musical donde el primero fue su director y el segundo era flautista y compositor.

Aunque su nombre alude a elementos autóctonos de la música cubana constituida por los llamados instrumentos de viento y metal, esta agrupación nada tiene que ver con ello, pues su formato era el de charanga francesa extendido.

La Típica nació en 1969 y estaba integrada por estudiantes de música de la Escuela Nacional de Arte (ENA) en La Habana. Adalberto Álvarez era el director y segunda voz, Andrés Alén en el piano, Joaquín Betancourt en el violín, Jorge Hernández en la viola, Rolando Fernández en el violoncello, José Luis Cortés “El Tosco” y Jorge Campos “Fu Manchú” en las flautas.

Ellos también se encargaban de los arreglos y composiciones. Otros de los integrantes eran Rafael Almazán en guitarra y bajo, Lázaro E. Cruz era la voz prima y trompeta, Alejandro Ferreira y José A. Pérez Fuentes en el violín,  José Antonio Abreu en el bongó, Calixto Oviedo o Luis Llorca en la batería con timbal, Rodolfo Valdés Terry o Ernesto Couto en la tumbadora, en el oboe Jorge Rivero y en el fagot Juan Vega.

El repertorio giraba alrededor de 12 ó 13 piezas y no difería del de las orquestas charangueras de la época pero siempre en una línea progresiva. Este nuevo estilo musical estaba próximo a lo que tiempo más tarde se conocería como la vertiente de fusión. Y es que los jóvenes integrantes tomaban como premisa nutrirse de influencias de todo tipo, tanto nacionales como internacionales. Fue evidente los puntos de encuentro con la música barroca y ritmos tradicionales como el cha-cha-chá y el son.

Se presentaban en disímiles escenarios de la capital, entre los más relevantes estaban el Museo de Bellas Artes, el Conservatorio Amadeo Roldán y el Alejandro Caturla, así como la propia escuela.

La Típica existió hasta aproximadamente el año 1971 producto de la graduación de algunos de sus integrantes e inserción en la vida profesional de sus miembros. No obstante, el legado fue inmediato. Muchos de sus músicos devendrían en figuras reconocidas de la música cubana.

También la introducción de rasgos de los clásicos en lo popular y lo bailable cubano fue un elemento importante a destacar. De igual forma estos jóvenes anticiparon las tendencias de la música cubana que se hicieron un marcador constante en las décadas posteriores: las mezclas jazzísticas, la innovación en la manera de presentar los estribillos y la introducción de modificaciones en el formato instrumental.

Un legado marcado por una orquesta compuesta por estudiantes y por la continuidad, luego de graduado de los mismos, de la música cubana y de las enseñanzas obtenidas en la mencionada institución, es un mérito a destacar de lo que fue La Típica.


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