Mencionar a Ibrahim Ferrer es hablar de una voz perfectamente suave, de un talento enorme y de uno de los más importantes cantantes de los últimos tiempos.
Ibrahim Ferrer Planas nació el 20 de febrero de 1927, en el municipio de San Luis del oriente de Cuba. Esta zona ha sido cuna de los más tradicionales géneros musicales cubanos, como el son y el bolero. Durante su niñez, y tras la muerte prematura de su madre, vendió dulces para sobrevivir, aspecto que solo vendría a complementar una infancia caracterizada tanto por las vicisitudes como por las alegrías.
Sus primeros pasos en la música
A los trece años formó el grupo Jóvenes del Son junto a su primo, y se dedicó a tocar en las fiestas del barrio. Más adelante se uniría a otros conjuntos locales como el Maravilla de Beltrán, el Conjunto Wilson y el Sorpresa. En 1955, junto a la Orquesta Chepín-Choven, lanza el disco El platanar de Bartolo que alcanzó fama en la isla, aunque su nombre no fue tomado en cuenta en los créditos.
En 1957 Ferrer se muda a La Habana y comienza a trabajar en la Orquesta Ritmo Oriental, junto al reconocido Benny Moré, y más adelante se uniría a Los Bocucos de Pacho Alonso. Sus presentaciones se caracterizaban por las guarachas y los sones, aunque Ferrer prefería los boleros, género que, fantásticamente y por diversas razones, lo eludió durante mucho tiempo.
Ibrahim Ferrer y el Buena Vista Social Club
Ferrer cantó junto a Los Bocucos hasta 1991, momento en que se retiró y se dedicó a lustrar zapatos para poder vivir. Años después, en 1998, Juan de Marcos González asesor de las grabaciones del Buena Vista Social Club tocaría a su puerta para pedirle que grabara con el grupo una canción: nada más y nada menos que un bolero.
Este sería el momento que marcaría verdaderamente su carrera musical. Junto a artistas como Rubén González, Compay Segundo, Barbarito Torres, Eliades Ochoa y Omara Portuondo, Ferrer grabaría 12 de los 14 tema del disco.
Lo demás es historia. Los álbumes Afro-Cuban All Stars y Buena vista Social Club fueron nominados a los premios Grammy y el último se llevó los laureles. En cada una de las composiciones, Ibrahim Ferrer destaca por su formidable capacidad de adaptación a los ritmos y por su voz suave que maneja los boleros a la perfección.
Ferrer en el mundo
Ferrer ha recorrido el mundo con su música y ha sido reconocido en cada lugar por su maestría. Salas como las del Sydney Opera House, el Royal Albert Hall y el Orchard Hall en Tokio, lo han recibido entre ovaciones y muestras de respeto y admiración. Entre sus composiciones más conocidas destacan: Aquellos ojos verdes, Silencio, Marieta, Como fue y Bruca Maniguá.
Canciones como Perfidia, Mil congojas, Quiéreme mucho y Perfume de gardenias, incluidas en su disco Mi sueño. A bolero Songbook, permitieron al cantante, finalmente, cumplir su sueño de grabar un disco de boleros. El 7 de agosto de 2005, en el hospital CIMEQ, fallece Ibrahim Ferrer, uno de los grandes de la música cubana.
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