Con una trayectoria que se extiende a lo largo ya de 42 años, Irakere es sin lugar a dudas una de las bandas más emblemáticas de la música cubana moderna.
Fundada por Armando de Sequeira Romeu como director y compositor y el pianista Chucho Valdés en 1973, más que un grupo fue un laboratorio musical. Tanto la música popular bailable como el jazz afro-cubano deben mucho al aporte de sus integrantes, que fundieron lo mejor de las raíces africanas con la música del siglo XX.
Una banda diferente
Dentro de las grandes innovaciones históricas de Irakere está el uso de instrumentos de percusión tradicionales como el murciélago, los tambores batá, las damas, el erikundis, las maracas, las claves, los cencerros, el bongó, las tumbadoras y el güiro.
Todos estos instrumentos fueron mezclados con los sonidos electrónicos del bajo, la guitarra y los teclados para fusionarlos en géneros tan disímiles como la música afro-cubana folclórica, la música popular bailable cubana, el funk, el jazz, el rock e incluso la música clásica.
Su originalidad le valió al grupo Irakere un Grammy en 1979 a la mejor grabación de música latina en Estados Unidos, y ha recibido otras nominaciones y premios a sus más de 35 discos.
No solo el latin jazz le debe a Irakere
El jazz afro-cubano sería muy diferente sin el aporte de Irakere, pero esta banda también sentó pautas para lo que sería después la timba cubana, género que alcanzó su máximo esplendor durante la década del 90 y aún sigue siendo de la preferencia del público bailador.
Gracias a las famosas composiciones “Bacalo con Pan” y la creación del estilo contemporáneo conocido como songo, se trazó un puente entre la música bailable sonera y la era de la timba. Los aportes más claros se evidencian en la canción «Rucu Rucu a Santa Clara», escrita por José Luis Cortes «El Tosco». Esa línea que utilizaba trompeta y saxofones más tarde formaría parte de la sección de vientos de NG La Banda, la plantilla básica de la timba cubana.
Un desfile de grandes estrellas
Irakere (que significa selva en yoruba) fue escuela y tierra fértil para el despegue de muchos grandes músicos cubanos. Entre ellos destacan Paquito D’Rivera, Jorge Varona, Carlos Emilio Morales, Oscar Valdés, Arturo Sandoval, José Luis Cortes «El Tosco», José Crego «El Greco», Carlos Averhoff, Germán Velazco o Armando Cuervo, entre muchos otros.
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