Kelvis Ochoa sigue cautivando con su voz a varias generaciones de cubanos.
Este genial cantante y compositor forma parte de los proyectos más renovadores de la música cubana. Su peculiar estilo, que incorpora elementos del son, la milonga, la timba, el cha cha chá, la macuta y la rumba, le ha granjeado la admiración de un público heterogéneo que busca propuestas diferentes y de gran calidad artística. Kelvis no precisa de una escenografía espectacular.
Una silla y la guitarra es todo lo que necesita para que los espectadores se sientan a gusto. Su capacidad para plasmar en cada letra un trocito de realidad, su inconfundible cabellera roja y su forma franca y amena de interactuar con el público hacen de Kelvis Ochoa un paradigma de la música cubana contemporanea.
Los primeros años
Este talentoso artista nació en Las Tunas, en el oriente de la Cuba, en el seno de una familia de grandes músicos. De muy pequeño se trasladó a la Isla de la Juventud, hermosa y tranquila región en la que transcurrieron sus años de formación.
Sus inquietudes musicales se mostraron rápidamente. Con solo nueve años entonaba canciones infantiles con su hermana Liset Ochoa. Ya a los diez integraba el coro de la Casa de la Cultura en Gerona. Ocho años despues se incorporó a un proyecto cultural llamado Los Diablitos, promovido por la Asociación Hermanos Saiz. Kelvis estaba listo para dar el gran salto y en 1992 La Habana lo esperaba con los brazos abiertos.
Rumba y rumbo al éxito
El audaz joven de veintidós años llego a la capital cubana en momentos realmente difíciles. Por aquellos tiempos, la isla vivía el llamado período especial y los artistas se planteaban nuevas formas de enfrentar la vida.
Escritores, actores y músicos emergían con una fuerte individualidad y Kelvis se unió rápidamente a ellos, dando su propio sabor a los proyectos musicales que se gestaban. Durante esta década su experiencia con Habana Abierta se hace decisiva sobre todo cuando en 1999 el single Cuando salí de La Habana catapulta a toda la agrupación hacia el éxito internacional.
Después de la experiencia con Habana Abierta, la carrera musical de Kelvis Ochoa ha ido en ascenso. Su música renovadora propone atrevidas combinaciones instrumentales que evidencian la voluntad del cantautor por hacer presente en su música distintos géneros de la música cubana.
Otras de sus propuestas discográficas invitan al público a encontrarse con prestigiosos músicos cubanos residentes en la Isla y en el extranjero. Además, su carrera siempre se ha caracterizado por las diversas colaboraciones con otros artistas: Descemer Bueno, Carlos Varela, Polito Ibáñez y Edesio Alejandro son algunos de ellos.
Su experiencia en el séptimo arte
La música de Kelvis Ochoa ha acompañado también a los cinéfilos. El genial compositor ha puesto su maestría al servicio de bandas sonoras de películas como Vampiros en La Habana, Barrio Cuba, Habana Blues, Corazón del tiempo y Lisanka. Su talento a la hora de acompañar con música las imágenes quedó demostrado en 2006 cuando fue merecedor del Premio Goya por su trabajo en Habana Blues.
Kelvis Ochoa es uno de esos artistas que nunca pasan de moda. Sus propuestas siguen llegando y público de todas las edades las siguen recibiendo con sumo gusto.
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