La canción infantil cubana – de Teresita Fernández a Luiba María Hevia (Final)

Feb 7, 2020

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A finales del siglo pasado disminuye la producción de la canción infantil cubana y surge el reguetón como fenómeno musical, cultural y social.

Los ritmos pegajosos y las letras fáciles (y en muchos casos facilistas y nada apropiadas) provocan un efecto cuando menos nocivo: los niños cubanos empiezan a bailar, tararear y seguir su influencia.

Por supuesto, esto aunque mayoría no fue la totalidad. Con la irrupción también de medios audiovisuales alternativos llegaron a Cuba materiales foráneos para el público infantil, de mucha mejor calidad y factura que los productos nacionales de aquel entonces.

Tal fue el caso de las canciones infantiles de Miliki (Emilio Alberto Aragón Bermúdez). Un clásico del trabajo para niños, un poco vino a salvar los sueños de la infancia cubana con Susanita, La gallina turuleca, Hola don Pepito y Había una vez un circo.

Tal como el título del álbum del 2013, Gracias Miliki, en nombre de los padres cubanos. No era la primera vez que las canciones infantiles de otras partes del mundo se cantaban en Cuba. Maria Elena Walsh es un buen ejemplo, pues recordamos con agrado El Reino del Revés, La pájara Pinta o El brujito de Gulubú. Pero, una vez más, gracias Miliki.

Kiki Corona, defensor de la canción infantil cubana

Una honrosa línea de defensa para la canción infantil cubana de ese período es el cantautor Kiki Corona. Integrante del movimiento de la Nueva Trova, Enrique “Kiki” Corona nació en la Ciudad de la Habana, el 13 de enero de 1960. Cursó estudios en el Conservatorio Alejandro García Caturla, en la especialidad de guitarra.

Sin abandonar su carrera artística como trovador, Kiki puso su voz a canciones casi olvidadas como Marinero Quiero ser y creó muchas otras, que recogió en su álbum Nanas para ti, nominado al premio Cubadisco del 2001. Su labor en programas infantiles televisivos como Arcoiris Musical o el concurso de música infantil Cantándole al Sol fue un frente de defensa de la canción infantil cubana.

La colmenita: una ayuda esperada

Con una propuesta para niños hecha por niños, La Colmenita fue otro de los espacios que mantuvo viva la canción infantil cubana. Dirigida por Carlos Alberto Cremata desde el año 1990, esta compañía teatral ha sabido sobreponerse a las carencias, animando el Festival Nacional de la Canción Infantil Cantándole al Sol desde 1995. Más aún, representan obras musicales que rescatan el modo de hacer y de cantar del niño cubano. Su encomiable trabajo les ha valido el honor de ser nombrada Embajadora de Buena Voluntad de la UNICEF.

Lidis Lamorú y su patio

Esta holguinera de sonrisa sincera nació el 20 de abril de 1974 y se graduó de Historia en el Pedagógico de su provincia. No obstante, sus inquietudes musicales y su amor por los niños la ha llevado por otros caminos. Desde su programa televisivo El patio de Gabriela, Lidis Lamorú ha sabido ganarse el corazón de los niños y revivir la tradición de las grandes cantautoras infantiles a golpe de guitarra.

Sus canciones Por Amor, Gabriela o Don Lagartijo han traído un aire fresco a la canción infantil cubana, que le valieron el premio Venga la Esperanza de la AHS en el 2006. En estos momentos trabaja en su segundo disco de 12 temas, de los que ha adelantado el título de dos de ellos: Nana para dormir a Lorena y La niña y el ángel.

Luiba Maria Hevia: honor a quien honor merece

Otra de las nuevas cultivadores de la canción infantil de nuestros días es la cantante Luiba María Hevia. Temas como Señor Arcoiris, Estela granito de canela, El Trencito y la hormiga, El Vendedor de Asombros o El Despertar (junto a Carlos Varela) distinguen la carrera de esta cantautora; que explora los ritmos cubanos más auténticos para dar una nueva dimensión a su música. La habanera, el punto guajiro, los sones y los tangos siguen a su voz dulce.

Entre su discografía no faltan los álbumes dedicados en exclusiva a los niños, como Señor Arcoíris (1995), Travesía mágica (2001), ¡Atentos! Traigo un regalo (2005), Granito de canela (2011) y una de sus obras más recientes: Liuba María Hevia le canta a Teresita Fernández (2012). Cierra así, con la mención de este disco homenaje a la gran maestra de la canción infantil cubana, esta serie de artículos. Con perdón a las omisiones en que he podido incurrir, más que hacer un compendio de enciclopedia, quise rememorar.

Rememorar aquellas tardes en que mi mamá me llevaba de paseo sin romper farolas y la gran Teresita Fernández me cantaba, de muy cerca y a veces solo para mí:

“A las cosas que son feas ponles un poco de amor, y verás que la tristeza, va cambiando de color…”


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