A pesar de su juventud, el pianista y compositor cubano Roberto Fonseca pertenece a esa constelación de estrellas que brilla en todo el mundo con luz propia.
Su carrera vertiginosa siempre estuvo acompañada de figuras internacionales, pues Fonseca es de esos músicos que gusta demostrar que no existen las barreras entre países cuando suenan los instrumentos. Con un estilo que fusiona diversos géneros como el jazz, la música clásica y los ritmos afrocubanos, es considerado un prodigio musical y uno de los talentos más prominentes de la música cubana contemporánea.
Un talento que ya prometía
Roberto Fonseca nace en La Habana, Cuba, en 1975, pero ya a los 14 años comenzó a experimentar con la fusión del jazz norteamericano y los ritmos tradicionales cubanos. Un año después, debuta en concierto durante el Festival Internacional Jazz Plaza de 1991.
En 1999 lanza su primer disco, En el comienzo, junto al saxofonista Javier Zalba y el grupo Temperamento. Este trabajo es galardonado mejor álbum cubano de jazz del año. Sus dos siguientes proyectos, Tiene que ver y Elengo, mezclan ritmos tan variados como el hip-hop, el drum ‘n bass, la música urbana, el latin jazz y los ritmos cubanos.
Roberto Fonseca vistiendo de largo el mundo
En el 2000 Fonseca graba el disco No Limit: Afro Cuban Jazz para el sello nipón JVC y se enrola en una gira con la prestigiosa agrupación cubana Buena Vista Social Club. Durante este período, Roberto Fonseca tiene la oportunidad de trabajar con maestros del son como Ibrahim Ferrer, Cachaíto López, Manuel Galbán y Guajiro Mirabal.
Toca en más de 400 conciertos en lugares de alto prestigio como el Beacon Theatre de Nueva York, el Albert Hall de Londres, el Palais des Congrès de París, la Opera House de Sydney y la Frankfurt Alter Oper. Posteriormente trabaja como arreglista y productor de Mi sueño: Bolero Songbook, el último disco de Ibrahim Ferrer. Tras la muerte de este último, inicia un proyecto en solitario, Zamazu, que fusiona la música tradicional cubana, la clásica y ritmos afrocubanos.
Zamazu cuenta con la presencia de los músicos brasileños Alê Siquiera y Carlinhos Brown, el guitarrista flamenco Vicente Amigo y los cubanos Cachaíto López y Omara Portuondo. Llegó Cachaíto, uno de los temas del disco, es incluido en la banda sonora de la película Hancock, protagonizada por Will Smith. Roberto Fonseca dedica los dos años siguientes a presentar este álbum por todo el mundo y co-producir, junto a Nick Gold, el último trabajo del fallecido Ibrahim Ferrer.
Gracias a su accionar, el disco fue nominado al Grammy Latino 2007 en categoría de Mejor Álbum Tropical Tradicional. En 2009 lanza Akokan, donde participan el guitarrista estadounidense Raúl Midón y la caboverdiana Mayra Andrade. También colabora con el Dj británico Gilles Peterson para lanzar el proyecto Gilles Peterson presents Havana Cultura new Cuban Sound.
En 2010 saca el Roberto Fonseca Live in Marciac como parte de la colección emprendida por el Festival de Jazz in Marciac. En 2012, nace una nueva etapa para su carrera al grabar el disco Yo, cargado de fuertes raíces africanas.
Talento, virtuosismo y camaradería entre pueblos son palabras que caracterizan a Roberto Fonseca.
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