Cuando se habla acerca de la revolución musical en Cuba después del 59, se debe mencionar al movimiento de la nueva trova. Dentro de este fenómeno musical destaca el cantautor Silvio Rodríguez, uno de los músicos cubanos más destacados y amados por el público de la Isla.
La simiente del movimiento trovadoresco en Cuba
Silvio Rodríguez Domínguez nació en San Antonio de los Baños en 1946. Desde temprano edad destacó por su música, su interés en la poesía y su escritura. La familia de Silvio era una típica familia campesina: de su madre heredó el talento musical, que corría en la familia.
Muy joven todavía concursó en Buscando una estrella, programa musical de la emisora CMQ. Con solo 5 años de edad, Silvio se mudó junto a su familia a La Habana, por motivos de trabajo del padre que se dedicaba a la tapicería. Su hermana María de los Ángeles solo contaba con un año de nacida.
Ya en La Habana, el pequeño continuó presentándose en concursos musicales y en la radio. Con 7 años fue inscrito en el Conservatorio La Milagrosa donde hizo los cursos preparatorio y primero de piano en solo seis meses, antes de decidir dejar la escuela.
La juventud de Silvio Rodríguez
Silvio trabajó durante su juventud en la revista Mella, en la que entablaría amistad con Víctor Casaus y Luis Rogelio Nogueras, figuras de importancia en las letras cubanas. Aquí trabajaría como dibujante y llegaría a conocer a Lázaro Fundora, quien lo iniciaría en la guitarra, instrumento que marcaría su vida por siempre.
Los estudios artísticos de Silvio Rodríguez continuaron cuando se matriculó en el Conservatorio San Alejandro como estudiante de pintura y, además, retomó sus lecciones de piano, en 1963. Para 1964, el joven tuvo que incorporarse al servicio militar obligatorio, lugar en el que compondría sus primeras canciones y continuaría su aprendizaje como guitarrista. En el servicio compuso sus temas La cascada, Nuestra ciudad, Sed y Te vas.
En los inicios de la revolución cubana ejerció como educador en la brigada Conrado Benítez y, seguidamente, se dedicó por completo a la música. Integró el Grupo de Experimentación sonora del ICAIC junto a figuras como Leo Brouwer, uno de los más destacados compositores y músicos del país.
El Grupo de experimentación sonora del ICAIC estuvo dedicado a la preparación de músicos jóvenes y bandas noveles de la época. En este lugar Silvio conocería a otros grandes de la música cubana como Sergio Vitier, Pablo Menéndez, Sara González, Ana Besa, Eduardo Ramos y muchos más.
Una vida dedicada a crear
En 1969, debido a algunos comentarios realizados sobre la popular banda inglesa The Beatles, Silvio fue despedido de su trabajo en la televisión. En este momento decide emprender un viaje por mar a bordo del barco arrastrero Playa Girón. En una travesía que duraría 4 meses, Silvio compuso un total de sesenta y dos canciones, que grabaría en tres casetes de 90 minutos cada uno. De aquí surgió una de las más conocidas canciones de Silvio: Ojalá. Además, compuso en esta travesía Resumen de noticias, Fábula de Océano, Cuando digo futuro, Hoy no quiero estar lejos de la casa y el árbol, Cleopatra y Playa Girón, entre otras.
Los primeros discos de Silvio se grabaron en el estudio de la Orquesta EGREM. Su primer álbum fue producido por Frank Fernández, pianista y compositor cubano considerado uno de los grandes músicos de la Isla. Su música lo llevó a diferentes países de Europa y América, junto a los grupos Irakere, la Orquesta Afrocuba y Diákara. En 1978 lanzaría su segundo disco, Al final de este viaje, solo con instrumentos acústicos. Este álbum tendría canciones tan reconocidas como La era está pariendo un corazón, Canción del elegido y Ojalá.
Silvio Rodríguez fue a partir de entonces una de las figuras más reconocidas en la escenarios nacionales y uno de los representantes más queridos de la música de la isla en el exterior. En 1997 fue elegido como artista Unesco por la paz y ha sido reconocido como mejor cantautor hispanoamericano junto a Joan Manuel Serrat.
La música de Silvio Rodríguez
Los diferentes discos lanzados por el cantautor han sido ejemplo de su enorme talento musical, lo que se evidencia en la aceptación del público. Entre los más destacados se encuentran Días y Flores (de 1975), Mujeres (lanzado en 1978), Al final de este viaje (de 1978), Rabo de nube (de 1980) y Unicornio (del año 1982), por mencionar solo algunos de sus más de 20 discos.
Amigo íntimo de Noel Nicola, Pablo Milanés y Vicente Feliú, grandes exponentes de la Nueva Trova Cubana, Silvio Rodríguez se convertiría en parte de la voz de una generación que crecería con la revolución. Los inicios de la Nueva trova cubana estarían marcados por las composiciones de Silvio Fusil contra fusil y La era está pariendo un corazón. Esta última canción, una de las más reconocidas dentro del repertorio del cantautor, fue primeramente interpretada por Omara Portuondo, a quien Silvio Rodríguez conoció en su programa de televisión Mientras tanto.
En 1982, en su disco Unicornio (en el que destaca la canción de igual nombre), Silvio se acompañaría, por primera vez en grabación por una orquesta. Será este disco el que le ganaría fama internacional, especialmente en los países latinoamericanos. Para 1988, el disco ¡Oh, melancolía!, una preciosa obra musical, incluiría el tema Yo soy de donde hay un río, que sería la canción de una película española homónima.
Sin duda alguna, Silvio Rodríguez se ha ganado la admiración de sus oyentes con su suave voz, sus melodías únicas y sus letras llenas de emoción. Sus presentaciones en teatros y barrios de Cuba siempre se caracterizan por la enorme asistencia. Si de música cubana se trata, es uno de los grandes que no puede dejar de escucharse. Silvio Rodríguez es referencia aún ahora de lo mejor de la Isla, en cuanto al escenario musical se trata.
Si te gustó este artículo no olvides compartirlo en tus redes sociales. Sigue visitando nuestra página si deseas aprender más sobre lo mejor y más actual de la música cubana.
0 Comments