El Submarino Amarillo se ha convertido en un hito en el mundo cultural de La Habana desde su fundación el 10 de marzo de 2011.
Situado en la calle 17 y 6, (vecindario de Vedado), justo en frente de la estatua de bronce de la inolvidable John Lennon, este club paga un merecido homenaje a la famosa banda británica The Beatles. Enormes puertas amarillas y escotillas para barcos pequeños, dándonos la bienvenida a este mítico lugar.
Al entrar, la abrumadora ola de buena música y el espacio íntimo que es el Submarino Amarillo nos golpeó. Cada elemento de la decoración está relacionado con la música de los cuatro de Liverpool: a partir de fotos de cada uno de sus álbumes, fragmentos de sus canciones más famosas y dibujos de fresas gigantes y hombres azules.
La sensación de ser transportado a otro universo se incrementa con el sonido de lo mejor de la música internacional de los años 50, 60 y 70. Los Rolling Stones, Deep Purple, Queen, AC / DC, The Who y Jimi Hendrix son sólo parte de la enorme lista de grupos que resuenan en todas las noches del Submarino Amarillo. La joya de la corona: The Beatles, que con Yellow Submarine anuncia que la banda está a punto de empezar a tocar.
Todos juntos para Abbey Road
Entre los principales atractivos de este club está la posibilidad de escuchar, en vivo, algunas de las mejores bandas cubanas en covers de rock and roll. A Los Tacson y Los Kent, que viene deslumbrando con versiones desde hace años, se han unido a proyectos recientes como Miel con Limón, Sweet Lizzy Proyect, Luz Verde y muchas otras bandas que rinden tributo a lo mejor del rock inglés.
En los labios del hipnotizador Grettel Barreiro, el virtuoso Luna Manzanares o la única guitarra de Ernesto Blanco, todas las noches en el Submarino Amarillo es una experiencia diferente. Con un puf acolchado en la parte trasera de la habitación o sentados en las mesas cercanas al escenario, encontramos a los rockeros de la vieja escuela, nostálgicos de una época que ahora parece más cercana que hace años, entre tragos y canciones.
Pero también saltando entre sillas o cantando a plena voz, una generación más joven se une a la euforia que todavía causa a los Beatles. Una audiencia heterogénea, que es una señal de que los clásicos nunca mueren y la necesidad de lugares como este que mantiene vivos los recuerdos.
Susurrando palabras de sabiduría
El Submarino Amarillo, en sintonía con el famoso animado inspirado por el canto, nos recibe hoy, listo para dejarnos hundir en el azul derramando sus paredes. Se abre en las tardes, con una matinee refrescante y en las noches oscuras de La Habana. Los fans del rock and roll pueden encontrar aquí uno de los pocos caminos en la isla que de hecho cruzan el universo.
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