Sara González se convirtió muy pronto en la voz femenina del Movimiento de la Nueva Trova. Su trabajo como cantautora abrió el camino a muchas mujeres que reconocerían en ella a una maestra.
Su obra abarca los acontecimientos sociales en la isla y los traduce a un lenguaje poético que alcanza a todo el que escucha su poderosa voz. Entre sus más reconocidas composiciones destacan Como fiera enjaulada, Mi caballero, Mis versos, Yo sacaré lo que en el pecho tengo y Girón: la victoria.
La música en la vida de Sara
Sara González nació en 13 de julio de 1951 en el capitalino municipio de Marianao. Desde pequeña sus padres le trasmitieron el amor por la música, que se enraizó gracias a las lecciones de guitarra de Rafael Enrizo. En 1966, ingresó en el conservatorio Amadeo Roldán. Allí realizó estudios de viola hasta el año 1970, cuando incursionó en el canto.
Luego, como alumna de la Escuela Nacional de Instructores de Arte, estuvo bajo la tutela de Leopoldina Núñez y Vicente González-Rubiera. En 1972 se unió al Grupo de Experimentación Sonora del ICAIC (GES), donde aprendió composición, armonía y orquestación con el maestro Leo Brouwer. Ya en sus tiempos de estudiante había conocido a Silvio Rodríguez y Pablo Milanés quienes, junto a Noel Nicola, fundaron el Movimiento de la Nueva Trova.
Por iniciativa de sus amigos, Sara decidió musicalizar los Versos Sencillos de José Martí, que se convertiría en su primer disco en 1975. Para este momento, Sara González se había erigido como la voz femenina representativa del nuevo movimiento musical en Cuba.
Una carrera artística ligada a la sociedad
La carrera musical de Sara solo fue en aumento. La convocatoria de Alfredo Guevara la llevó a hacer música para el cine. Además, incursionó en música para la televisión y la radio. Cariñosamente apodada “la Gorda”, tuvo la virtud de traducir la historia al lenguaje musical. Sus canciones transmitieron los fragmentos de los sucesos sociales y políticos más importantes de Cuba. Sara fue una cantante apasionada y comprometida con la Revolución Cubana, y llegó a tocar con su canción el corazón de miles.
Su trayectoria artística la llevó a compartir escenario con sus viejos amigos Silvio Rodríguez y Pablo Milanés, cuyas canciones interpretó durante su estancia en el grupo Los Dimos, junto a Georgia Guerra y Jesús del Valle. Estos no fueron las únicas estrellas que compartieron escenario con esta mujer excepcional. Joan Manuel Serrat, Chico Buarque, Liuba María Hevia, Mercedes Sosa y Pedro Luis Ferrer fueron solo algunos de los artistas con quienes hizo dúo a lo largo de su intensa carrera artística.
Una enorme pérdida para Cuba
Sara falleció el 1 de febrero de 2012, tras largo tiempo de lucha contra el cáncer. Su deseo final fue que sus cenizas se dispersaran en el mar a la entrada de la bahía de La Habana. De esta forma, después de ser despedida en el Instituto de la Música el 2 de febrero, Sara González descansa junto a su amada Habana.
Su pérdida fue llorada por todos en la cultura cubana y recibió ofrendas de despedida de Fidel y Raúl Castro, así como de los presidentes Hugo Chávez y Daniel Ortega.
Sara vive aún en la memoria de quienes la conocieron y su presencia se siente en la voz de cada artista que se presenta en su Jardín de la Gorda, la peña musical que creó en el patio del Centro de la Décima Iberoamericana, en el barrio del Vedado Habanero.
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